Los repentinos cambios en la vida son sucesos que nos toman desprevenidos y debemos encontrar soluciones de inmediato para disfrazar nuestra realidad, pero también son oportunidades para intentar corregir los errores del pasado que siguen vigentes en el presente.
Merlí Bergeron (Francesc Orella) debe recibir a su hijo Bruno (David Solans) porque su ex esposa, Bàrbara (Marta Calvó) tiene un ofrecimiento de trabajo en Roma, pero ha sido desalojado por adeudar un año de renta y debe mudarse a casa de su madre, la consagrada actriz Carmina Calduch (Ana María Barbany), y lo peor es que está desempleado.
La adolescencia es una etapa muy crítica, no solo para los jóvenes, también para las madres y padres que deben liar con el humor de sus hijas e hijos, pero en el caso de Bruno es distinto porque nunca ha vivido con su progenitor y para colmo con su Yaya, por lo que la bomba podría estallar en cualquier momento.
Los sobresaltos del destino vienen acompañados por oportunidades para enmendar las equivocaciones pasadas y Merlí tiene un ofrecimiento para impartir clases de filosofía en el Instituto Àngel Guimerà, en el mismo grupo donde estudia su vástago.
Sin embargo, al iniciar la asignatura que podría significar una hecatombe para las y los estudiantes, fue todo un descubrimiento para ellos, ya que nunca habían tenido un docente que entendiera con lo que deben batallar todos los días y para ello, lo primero que pretende inculcarles su nuevo profesor es a pensar, actividad que los adultos insisten en erradicarles para sigan amaestrados a las costumbres, tradiciones y valores familiares.
En este sentido, los Peripatéticos, como así se denominaban a los estudiantes y seguidores de Aristóteles, es la primera enseñanza de Merlí para que sus alumnas y alumnos comiencen a reflexionar en cuanto a la vida, con lo cual, logra atraer su atención a partir de una forma distinta para formar a los jóvenes.
Recuerden que la primera temporada de Merlí se transmite por Netflix.
Uuuu e increíble.
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